01 julio 2007

Justicia en tus manos: la nueva pomada

Si hay un actor que escoge buenas películas, ese ha sido Clive Owen. Hasta el momento no me ha decepcionado ninguna de las que le he visto. Aunque cargado un poco al drama, tiene la gracia de tener giros inesperados, lo que obliga al espectador a estarse hasta el final y ver que pasa.

Las últimas que vimos con Sopapioglobo fue "Hijo del hombre" y "Descarrilados" (nada que ver con el orden de aparición de las mismas películas). La primera, de tipo futurista, tiene un planteamiento inicial que te deja pensando desde el primer segundo de la película: "hace 18 años que no nace un niño en el planeta". ¿Se pueden imaginar algo así? Yo quedé para adentro. Y en mi imaginación también me vi cesante, hasta que pensé que el futuro se encuentra en la educación al adulto. Pero volviendo al punto, 18 años sin ver un niño reírse, aprender a caminar, balbucear y orinar encima de sus novatos padres y contemplarlo dormir, realmente da para construir una pesadilla. (Aunque la pesadilla de algunos padres sea precisamente no poder dormir ;)

La segunda, "Descarrilados", tiene de compañera a la dulce Jeniffer Aniston. Un tipo promedio, cansado de algunos problemas de la vida y de un entibiamiento en la relación con su señora, se topa con una intrigante ejecutiva que le calienta la sopita. Cuando va a servírsela aparece un ladrón y lo que parecía una canita al aire, se vuelve un infierno en la tierra. El tipo, por un mover hormonal pone en peligro todo lo que ama: su familia. Da todo el dinero que tiene, pero el chantaje lo persigue. Al final, cuando no tiene nada que entregar, toma el toro por las astas y lo doblega. A su alrrededor quedan un par de cadáveres, pero todo queda tan bien armado, que la policía ni siquiera piensa en culparlo. Vuelve a su vida feliz y realizado.

Claro, y la historia está tan bien contada, que uno se pone de parte del muchachito (Clive), sufre con él, comprende sus motivos y se alegra de que todo salga bien para él (por cierto, la resumí del modo más burdo que pude, para no arruinarles el verla). Eso es precisamente lo que me gusta de ver películas: que te cuente bien una historia. Creo que la historia puede ser mala, pero si la cuentan bien... bien. El tema es que, se borran todas las líneas para efectuar una acto éticamente correcto. Para que esto sea posible (si mal no recuerdo), deber ser bueno el instrumento o medio, el contexto y la finalidad. Si no, ya hablamos de malo. EL tema que se desarrolla en la película, lo relativiza todo: matar ¿bueno o malo? depende de la circunstancia y de la persona que mates. Cada hombre se vuelve juez y busca la justicia por medio de sus manos. ¿Por qué? porque el sistema está corrupto, no sirve, te ahoga en la burocracia y no te defiende. Porque sólo tú puedes defender a los que amas. A nadie más le importa.

El asunto es que no es la primera vez que veo esta retórica... remontémonos al clásico de Kubrik, "La naranja mecánica", donde, extrañamente, el público se encariña con Alex, quien queda como víctima del sistema, etc. Ahora, yo no pido que el cine nos enseñe de moral y ética. Tampoco creo que la gente vea películas para ser enseñada. Pero el cine es un arte, y como tal, refleja nuestra sociedad o propone una profecía para el futuro.

Por eso me inquieta: la ley de la jungla ha vuelto. El séptimo arte lo refleja muy bien.

1 comentario:

hapuc dijo...

wow.... 18 años sin niños... que tristeza.... cuando yo tenia 18 años nació mi hermano ahora esta creciendo y ya estoy echando de menos ver un bebe.... habrá que ponerse en campaña.....