18 mayo 2006

CPPIL: Sienkiewicz, Quo Vadis?

"Al expresarse así contrajo Vinicio las cejas a impulso del dolor, y la sangre coloreó sus mejillas.
- ¡Ya lo veis! -exclamó con exaltación creciente-. La incertidumbre y el amor me tienen sometido a un verdadero tormento. Me han dicho que vuestra doctrina es enemiga de la vida, de la felicidad, de la alegría humana, del derecho, del orden, del poderío de Roma; que son insensatos los que la profesan. Y yo os pregunto: ¿es verdad todo eso? ¿Cuáles son vuestras ideas, vuestos propósitos? ¿Es pecado amar, tener alegría, desear la dicha? ¿Sois verdaderamente enemigos de la vida? ¿Está obligado el cristiano a arrastrar una existencia miserable? ¿Debo renunciar a Ligia? ¿Qué fines perseguís? Vuestras palabras, vuestras acciones, son como la tersa superficie del agua cristalina; pero yo quiero ver el fondo. Ya veis que soy sincero; a vosotros os toca ahora desvanecer las tinieblas que me rodean. Y me han dicho más: "Grecia creó la sabiduría y la belleza; Roma creó el poder; pero ellos, los cristianos, no han creado nada". Decidme, pues, ¿qué ofrecéis vosotros a los hombres? Si vuestras puertas ocultan la luz, ¡abridlas ante mis ojos!

- A los hombres le ofrecemos el amor - contestó Pedro."

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